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miércoles, 24 de octubre de 2007

DEL TERROR Y SU USO
Terrorismo.
1. Táctica política que, mediante el uso de la violencia* o de la amenaza* de ésta, persigue obtener determinados objetivos.
2. Dominación de otros por medio del terror*.

Si ser terrorista, como bien define el diccionario, depende de intentar obtener ciertos objetivos por medio de la violencia o de la amenaza, los mayores y más despiadados terroristas son los Estados y sus fuerzas de "seguridad", que ejercen sin parar el denominado: terrorismo de estado. En sus televisadas guerras disparan, bombardean, asesinan a los civiles, aterrorizan y engendran odio en niños y mayores, con la excusa de acabar con ciertos "tiranillos", para obtener beneficios con el petróleo, las armas, y otros asuntos oscuros. Ellos son los que, por medio de la televisión, la radio, ciertos periódicos, y la publicidad en general, difunden el terror* entre la población.

Con miedo se amansa a las fieras, y con los humanos no es distinto. ¿Acaso usted no siente miedo? ¿Acaso no convive con él casi a diario? Miedo a morir, miedo a vivir la vida, miedo a envejecer, miedo al ser joven, miedo a la libertad, al cambio, a la anarquía, a reaccionar de forma violenta bajo la tensión y el estrés acumulado. Mirémonos al espejo. Tenemos miedo hasta de nosotros mismos, a reaccionar de manera inesperada, al qué dirán si hago esto o lo otro. Miedo a llamar la atención, miedo a romper la normalidad, a desarticular esta apestosa realidad. Miedo a participar en nuestra propia vida y formar parte de nuestros sueños. Miedo a no llegar a fin de mes, al embargo, a perder nuestro trabajo, o a no encontrar uno nunca; porque hay que pagar por comer, y vestir, limpiarnos el culo, aparcar, beber, ducharnos, alumbrarnos, divertirnos, hasta pagamos por morir. Amenazados* por el dinero aceptamos que: "hay que pagar la contribución, las facturas, la hipoteca. Nos han avisado de forma cívica con tres cartas, o pagamos como buenos ciudadanos, o nos echan a la calle". Miedo a morir sin dinero, y a no ser nadie sin el dinero.
Cuando acudimos a una manifestación, con nuestros hermanos, sentimos una cierta tensión hacia la policía. A desobedecer la ley, por temor a sus porras, sus esposas, pistolas, falsas acusaciones, y cada día más numerosas prisiones. A su violencia* y su razón por la fuerza. A que nos abran la cabeza de un porrazo, y nos metan en sus sucias celdas para acabar siendo condenados, por un juez que se siente superior a los demás, acusados de (¡mira que casualidad!) ser terroristas.

Los que más hablan, critican, y prometen acabar con el terrorismo, son los que ejercen esta "táctica política" de manera más despiadada y brutal contra la población, una manera eficaz de mantenernos dominados tachando de esto mismo y poniendo a la gente en contra de los pocos focos de rebeldía <> que pretenden sencillamente hundir esta desastrosa "realidad". Para acabar una reflexión: ¿Acaso no contribuimos nosotros también a que reine el terror?, es decir, ¿Acaso no hemos usado o usamos habitualmente esta táctica o forma de dominación? Por ejemplo, el padre o la madre que pega (o amenaza con hacerlo) a su hij@ para dominarlo y que obedezca, o cuando le dice que apruebe o no será nadie el día de mañana, y como éste otros casos: entre matrimonios, patrón y obrero, etc. ¿Acaso esto no es terrorismo? El terrorismo es una herramienta, que puede usarse para bien o para mal dependiendo de cómo se use, y contra quien. Si en verdad queremos que las cosas cambien, empecemos por no utilizarlo contra nuestros semejantes. Emprendamos una lucha desde la raíz de los problemas. Apartemos la ilusión del miedo que han engendrado en nuestras mentes. Juguemos todos unidos entre amigos con mazas y fuego. Juguemos a que tiemblen los amos de la banca y el estado. Que cambie de lado el terror. Es hora ya que ellos pasen un poco de miedo. Y si por decir esto sin tapujos nos llaman terroristas, les señalaremos con el dedo y diremos: "eso tú, que das más miedo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una muy buena forma de describir el miedo y como es una herramienta principal de dominación.
Empezamos primero con la deshumanización, con el temor por el y la otra, al temor de vernos, de hablarnos, de desconocernos, sentimos inseguridad, vivimos inseguridad y exigimos protección al estado, asi este nos hace sentir que hace falta y es necesario (ja, y como si este pudiese solucionar algo) asi, también justifica su violencia a través de las más brutales represiones, amparadas por el "legitimo" derecho, por el temor a las venganzas -como si el estado no hiciera algo aun peor- y
una supuesto regreso al "estado de naturaleza visto como estado de guerra". Creo que en este juego de miedo e inseguridad, no solo a nuestros semejantes, sino miedo ante toda situación, entran a jugar importantes papeles la indiferencia, la frialdad, la
maquinización de nuestra humanidad y escencia, la individualidad fria y despiadada, que nos hace creer en la ley de la selva, del más fuerte, del "salvese quien pueda"
para que asi solo nos preocupemos de nosotrxs mismxs, olvidando lo que pasa afuera y haciendo creer que esto es lago desarticulado, que somos incapaces de comprender y solucionar. Una primera lucha que hay que vencer es la lucha contra el miedo, contra el temor de vivir, y más aún, vivir relacionandonos. Sentir piedad, amor, compasión, tolerancia, RESPETO, por mi, po ti, por él, por
ellos, por ellas, por aquellxs y por todo ser viviente, aunque nos sea humano.
Es entender que el universo, que el mundo, es un todo, que no podemos estar en un solipsismo mientras nos devoran unos pocos. que nuestras relaciones con el entorno y con el mundo deben romper deuna vez el hielo y volver a ser carne, a ser tierra, a ser aire, naturaleza y humanidad.